
Luego de conocerse la renuncia del hasta ayer ministro de Relaciones Exteriores de Uruguay, Francisco Bustillo, ante la publicación de grabaciones que lo vinculan con el escándalo de la expedición de un pasaporte al narcotraficante Sebastián Marset, el gabinete del vecino país entró en crisis. La renuncia generó un «terremoto» en la torre ejecutiva y, particularmente, en el entorno del presidente Luis Lacalle Pou.Los audios surgieron luego de que la ex vicecanciller Carolina Ache declarara en Fiscalía por este caso y entregara estas grabaciones que hizo. Ache renunció hace un año cuando se conocieron chats que develaban que ella sabía y fue notificada sobre la peligrosidad de Marset antes y durante del trámite del pasaporte, sin hacer nada al respecto.
«Bustillo le pide que se demore en la respuesta y que, en lo posible, no se haga entrega de los chats en los que ella recibía la notificación de la peligrosidad de Marset. Es decir, que esos chats no aparecieran la interpelación y que no fueron derivados a la justicia, incluso llegó a pedirle que se deshiciera del teléfono, que lo perdiera«, detalla el periodista Guillermo Losa en entrevista con Que No Me Pierda.
En agosto de 2022, la Fiscalía resolvió que se inicie una investigación de oficio por la entrega del pasaporte a Marset. En ese sentido, con los audios se conoció que Bustillo había hecho un esfuerzo para evitar que esa conversación salga a la luz.
Según su declaración, Ache notaba que «Bustillo la estaba llevando a cometer un delito». El audio es de noviembre de 2022, después de que la justicia ordenara que la Cancillería y el Ministerio del Interior den información detallada sobre cómo se tramitó el pasaporte de Marset. Entonces, un juzgado le exigió a la ex vicecanciller que presente toda la información que tenía.
«Quien llevaba adelante la investigación interna del ministerio es una funcionaria, a la que se refieren como ‘la tipa’, buscan presionarla para que ella pregunte de una manera determinada, que no sea demasiado incisiva y permita evitar tener que publicar esos WhatsApp. Carlos Mata, el otro nombre que aparece, es el director de jurídica de Cancillería, el jefe de esa funcionaria», explica.
El trámite fue realizado por Alejandro Balbi, un abogado muy conocido en Uruguay y actual presidente del Club Nacional de Fútbol. Incluso tuvo una reunión con Ache en esa época, ya que también está relacionada con dicho club y se conocían.
«Se dice que se le mintió al sistema político cuando en el Parlamento se dijo que no sabían quién era Marset en noviembre de 2021, sí lo sabían«, apunta Losa.
Entonces, siguen habiendo muchas dudas sobre cómo se tramitó el pasaporte. Además, se abrió una nueva investigación a partir de los audios y otros elementos que, por ejemplo, incluyen al más importante asesor del presidente Lacalle Pou,
diciéndole a Carolina Ache que se encargue de borrar esos mensajes y que falsifique un documento con un escribano para certificar que esos chats nunca existieron.
Se trata de Roberto Lafluf, un hombre extremadamente cercano al presidente Lacalle Pou, fue su jefe de campaña, es una persona de muchísima confianza para el presidente. Así como grabó a Bustillo, existe la posibilidad de que Ache haya grabado a este asesor presidencial donde confiesa haber destruido un documento público.
El narcotraficante, hoy prófugo de la justicia, solicitó el pasaporte uruguayo en noviembre de 2021 y lo obtuvo a fines de ese año, mientras estaba detenido en Emiratos Árabes Unidos por haber intentado salir de ese país con un pasaporte paraguayo falso dos meses antes. Se investiga hasta qué punto este pasaporte facilitó su salida de la detención en Dubái antes de que Paraguay libre la orden de captura
